Las piezas de Horacio Quiróz son el preámbulo perfecto para hablar ahora de la pieza de Monica Loya , artista mexicana cuyo trabajo ha sido definido bajo el género de pop surrealista.

Los tonos rosa pastel en la piel de la chica retratada en la obra Delirio (2016) crean una atmósfera naïf en contraste con su ojo cristalino, cual personaje femenino de una novela ciber punk de los 80.

Lo erótico de la pieza de Loya se haya en los suaves, carnosos y húmedos labios. El color rojo brillante en ellos, resulta tan atractivo, que los convierte en un símbolo de placer, así como reflejo de la propia sensualidad de la chica retratada, tal y como Roy Lichtenstein lo hizo en sus pinturas de mujeres americanas.

Se podría asumir que la pieza es también un reflejo de la revolución sexual femenina que comenzó en la década de los 70 y que sigue más fuerte que nunca en nuestros días. No es casualidad que en la pintura se muestre dos estados diferentes, y que uno de ellos sea de satisfacción.